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CIRUGÍA DE COLUMNA
PATOLOGÍA DEGENERATIVA
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SÍNDROME ESPALDA FALLIDA O POSTLAMINECTOMIA


Síndrome espalda fallida o postlaminectomia


Consiste en un dolor crónico persistente o de nueva aparición tras una intervención quirúrgica del mismo nivel, generalmente una laminectomía asociado o no a instrumentación vertebral. Mayoritariamente es de afectación lumbar, debido a que las partes blandas, cicatrices o músculos pueden seguir afectando a las estructuras espinales, generando dolor.

 

Este síndrome tiene una gran incidencia, en la actualidad se operan entre 60-150 de pacientes por cada 100.000 habitantes, desarrollando dolor tras la intervención un 20% de los pacientes. Esto genera muchos costes, asociados a la baja laboral (90% de los afectados), pero también un elevado coste médico.

 

Los pacientes que sufren este síndrome, suelen ser por las siguientes etiologías
– Indicación inapropiada: la cirugía no estaba indicada en este paciente.
– Intervención tardía: el paciente recibe la intervención muy tarde, manteniendo la lesión neurológica.
– Intervención prematura: no ha tenido tratamientos conservadores.
– Cirugía incompleta: la cirugía realizada, puede mantener los síntomas radiculares así como inestabilidad vertebral.
– Fibrosis postquirúrgica o tejido cicatricial: la gran mayoría de pacientes generan fibrosis tras la cirugía, pudiendo ocasionar el síndrome. No obstante la mayoría de fibrosis son asintomáticas, abusándose de esta justificación como explicación.
– Recidiva: puede producirse una recidiva en la misma zona o un nuevo proceso en el mismo nivel (un gran periodo de buena evolución entre medias) u en otro diferente. Una causa de ello es la herniación discal recurrente.

 

La sintomatología de estos pacientes puede ser de dos tipo, de tipo radicular (neurológico) o de tipo mecánico, o presentar ambas. También juega un papel importante el comportamiento psicológico y funcional de estos pacientes.

 

De esta forma el diagnóstico es clínico y las pruebas complementarias ayudan a su exactitud y confirmación. En las pruebas de imagen pueden mostrar osteolisis e inestabilidad segmentaria, así como pseudoartrosis. La EMG (electromiografía) y ENG (electroneurografía) permite valorar lesiones nerviosas así como su posible cronicidad.

 

El mejor tratamiento del síndrome de espalda fallida es la prevención, del mismo modo que evitar el abordaje quirúrgico cuando los signos prequirúrgicos son negativos y valorar los factores pronósticos operatorios sobre el resultado final.

 

Una vez establecido el síndrome puede tratarse con medicación analgésica, infiltraciones, terapia física- eléctrica o si esta indicada, precisar de una nueva intervención. Otra opción terapéutica son las técnicas del dolor para intentar mejorar la calidad de vida del paciente.